La historia de la arquitectura nos enseña una de las pruebas más evidentes de la existencia del ser humano. Desde las pirámides de Egipto hasta el panteón de Grecia, los edificios han sido el reflejo de la cultura en ese momento. Para entender bien la historia de la arquitectura, debemos situarla en el tiempo y en su contexto geográfico. Como ya hemos visto en la unidad tres y cuatro, las formas y las construcciones arquitectónicas han variado a lo largo del tiempo, adaptándose a los distintos períodos y necesidades.
La historia de la arquitectura se remonta a la prehistoria, principalmente al período Neolítico, cuando se empezaron a ver los primeros monumentos y cuando el ser humano descubrió que la piedra se podía trabajar.
ANTIGUO EGIPTO (3050-900 a.C.)
La arquitectura egipcia, que duró casi 3000 años, se basó en el Nilo y la orientación del sol, lo que hizo que templos, ciudades y campos se organizaran de manera ordenada.
Las dos grandes contribuciones de los egipcios fueron los templos y las pirámides. Los templos, además de ser lugares de culto, representaban la eternidad con sus estructuras grandes y fuertes. Las pirámides, que reflejaban el deseo de los egipcios por la vida eterna, fueron transformadas por Imhotep, quien creó la pirámide escalonada de piedra, utilizando materiales más resistentes y añadiendo detalles decorativos. Ambas construcciones simbolizaban estabilidad y conexión con los dioses
GRIEGOS (1200-146 a.C.)
La arquitectura griega se inspiró en la egipcia, pero desarrolló su propio estilo. Los griegos valoraban el conocimiento y el equilibrio, y eso se reflejó en sus construcciones, buscando armonía entre las partes verticales y horizontales. Usaban materiales de alta calidad y prestaban mucha atención a los detalles, con el fin de honrar a los dioses y a la ciudad. La perfección en la forma y ejecución era clave para mostrar el máximo potencial humano.
BIZANTINO (siglo VI d.C.)
La arquitectura bizantina se enfocó en interiores decorados, mientras que los exteriores eran simples. La mayoría de las construcciones eran religiosas, con simbolismo celestial. Solo destacó el Magnum Palatium como edificio civil.
Con la beneficencia, se construyeron hospitales y orfanatos, usando piedra reciclada para ahorrar. Santa Sofía es una de las obras más representativas, con un interior que evocaba el cielo, usando mosaicos y luz para crear una atmósfera celestial.
ISLÁMICA (siglos VII-XV)
La cultura islámica dejó una gran influencia, desde la planificación de ciudades hasta la construcción de fortalezas. En su arquitectura, usaban mucho el agua y las torres, que servían para defender y vigilar. También crearon nuevos edificios como mezquitas y baños públicos (hammams). En la decoración, destacaban los mosaicos geométricos y el uso de la luz y el color para crear ambientes especiales.
ROMÁNICO (siglo XI-XIII)
Durante el periodo románico, la inestabilidad política hizo que los señores feudales convirtieran sus palacios en castillos para protegerse. Este estilo se centró en el simbolismo y en la enseñanza religiosa, sin mucho realismo.
La arquitectura románica usaba arcos de medio punto y bóvedas romanas, lo que requería muros gruesos en lugar de pilares. Para soportar el peso, se añadieron contrafuertes y se hicieron aperturas más pequeñas. También se construyeron muchos monasterios, abadías y hospitales debido al impulso de la iglesia cristiana.
GÓTICO (siglo XII-XV)
El estilo gótico surgió con el crecimiento de la clase media de artesanos y comerciantes, lo que favoreció el desarrollo de los burgos como centros de arte y arquitectura.
En esta época, se mejoró el sistema de bóvedas romanas al agregar nervios diagonales, lo que permitió hacer las bóvedas más livianas y distribuir mejor el peso. También se introdujo el arco ojival, que mejoraba la distribución de cargas y limitaba la altura del arco.
BARROCO (siglo XVII-XVIII)
El estilo barroco surgió para mostrar el poder y destacó el interés por la naturaleza y el entorno. En arquitectura, se buscó aprovechar al máximo el espacio, usando luz, color y detalles sensoriales para crear experiencias impactantes.
Este estilo rompió con las normas clásicas, abandonando las formas geométricas rígidas. Se centró en la decoración y la presencia, mezclando la realidad con la ilusión mediante escenas fantasiosas, efectos especiales y juegos de luces, casi como si fuera un escenario teatral.
NEOCLÁSICO (siglo XVII-XIX)
Después de los excesos decorativos del barroco y el rococó, el neoclasicismo trajo una arquitectura más simple y funcional, enfocándose en la estructura en lugar de en el impacto visual. Este estilo volvió a los ideales del Renacimiento, buscando un diseño equilibrado y sobrio.
La arquitectura neoclásica se centró en la utilidad pública y la educación, como la creación de museos. Algunos arquitectos franceses usaron formas geométricas simples para mostrar claramente la función de cada edificio. Este enfoque sentó las bases para la arquitectura moderna.
SIGLO XIX
Con la industrialización, las ciudades crecieron y se construyeron nuevos edificios como fábricas y estaciones de tren, usando materiales como hierro y vidrio. La gente empezó a mirar al pasado con nostalgia, lo que trajo estilos antiguos y exóticos. También surgió el Realismo, que mostraba la realidad tal como era.
SIGLO XX
Por último, el siglo XX trajo un cambio en la arquitectura, con diseños de líneas simples y formas inspiradas en la naturaleza, dentro del movimiento llamado Organicismo. Rompió con las tradiciones pasadas, aunque aún tenía influencias del arte japonés, el simbolismo romántico y la valoración de la artesanía.